El Vuelo del Dragón: Conquistando el Presente
“Tu dragón no está roto. Solo necesita un jinete que sepa hacia dónde quiere ir.”
Imagina por un momento que eres un jinete de dragón. La majestuosa criatura que llevas bajo tu mando es poderosa, pero a menudo se deja llevar por el miedo y la inmediatez del momento. Este dragón representa tus instintos primarios, aquellos momentos en que el pánico se apodera de tu lógica y te hace actuar de manera impulsiva, sin considerar las consecuencias. Pero tú eres el jinete; tienes el ejercicio de vivir en el presente, sin permitir que las sombras del pasado o las ansiedades del futuro te dominen.
Hoy te invito a reflexionar sobre cómo tú y tu dragón enfrentan los desafíos diarios con perspectivas tan diferentes. El dragón vive en un constante presente, jamás se detiene a lamentar lo que ha ocurrido ni a planificar lo que vendrá. Su vuelo es un acto puro, instintivo, que surca los cielos sin preocuparse por la tierra que queda atrás. Sin embargo, el poder del vuelo radica en tu capacidad como jinete para ayudarle a ver más allá de lo inmediato.
Un Encuentro Cotidiano
Recuerda aquella mañana en que te despertaste sintiéndote abrumado. El cronómetro sonaba como un dragón enfurecido, y tú, a medio camino entre el mundo de los sueños y la realidad, comenzaste a sentir la presión en tu pecho. “Tengo tanto que hacer. No puedo fallar,” pensabas mientras salías de la cama. Pero el dragón en ti, ese instinto protector, solo veía lo inmediato: la lista interminable de tareas que parecían montañas inquebrantables.
A medida que te vestías, sentías cómo el miedo creciente comenzaba a superar a tu razón. Tu mente recordaba los fracasos pasados y anticipaba los temores del futuro, haciendo suposiciones sobre lo que podría salir mal. Las voces de la inseguridad resonaban en tu cabeza: “Y si no llego a tiempo?” “¿Y si no soy lo suficientemente bueno?” Sin darte cuenta, habías dejado que la ansiedad dirigiera tu vuelo.
Mientras montabas tu “dragón” —ese instinto que tiene miedo a perder el control—, comenzaste a liberar tus temores, dejándolos ir. Sin embargo, no fue fácil. Aún te encontrabas enredado en ese ciclo de pensamientos negativos, sintiendo que tu dragón tiraba en direcciones opuestas, llevando tu mente a un caos aún mayor. Pero entonces, recordaste tu papel como jinete. Recuperaste el control.
Más allá del caos del instante
En ese momento de tensión, entendiste que lo que estaba ocurriendo en tu mente era una danza entre el dragón y tú. Por un lado, estaba el dragón, en su pura esencia, rechazando la incertidumbre y gritando por una dirección. Por otro lado, estaba tú, el observador consciente, el ingeniero de tu propia respuesta. Este dualismo es fundamental: el dragón no es tu enemigo, ¿verdad? Es una parte intrínseca de ti, ansiosa de estabilidad, que solo necesita guía.
Así que te sentaste por un momento, respiraste hondo y recordaste las herramientas que tenías a tu disposición, las riendas de tu dragón y el poder de tus intenciones. Te diste cuenta de que el presente no tiene que ser abrumador. ¡Puedes volar con tu dragón, incluso mientras lo enfrentas!
Conversaciones Internas: Escuchando a Tu Dragón
Las experiencias como estas son un campo fértil para aprender a escuchar a tu dragón. Cuando te enfrentaste a la autocrítica y a la ansiedad, podrías adentrarte en las capas de tu mente para comprender las voces internas que te limitan. La voz del dragón habla desde el miedo, y cuando interrumpes ese ciclo negativo con una conversación interna saludable, puedes empezar a reconfigurar tu vuelo.
Entrenando con Herramientas Prácticas
Tienes a tu disposición varias herramientas, las riendas verbales, visuales, emocionales y comportamentales. Una de las más poderosas es la rienda verbal: cómo te hablas cambia cómo actúas. La siguiente vez que te sientas abrumado, intenta reformular tu diálogo interno. En lugar de decir “tengo que”, diles “elijo”. Este pequeño giro puede transformar la tarea de una carga a una elección personal.
Recuerda, las decisiones son más limpias y útiles cuando el jinete está consciente y presente. Así que evade las frases que alimentan la ansiedad y cámbialas por declaraciones que empoderen tu dragón para volar a nuevas alturas.
Ejercicio de Reflexión: Dialogando con Tu Dragón
Aprovecha un momento para desarrollar aún más esta conciencia con un ejercicio profundo. Te propongo que hagas una lista de todas las frases que tu dragón repite cuando fallas. Luego, vuelve a escribirlas con el cariño que te darías a ti mismo, ya que esas voces son solo visitantes temporales. Pregúntate: ¿Qué le dirías a un buen amigo si enfrentara las mismas circunstancias?
Al escribir las respuestas, observa cómo cambian tus emociones al reformular tu diálogo interno. Al hacer esto, permites que tu dragón sienta que tiene un propósito, no una orden; puedes guiarlo con claridad y asertividad.
La Transformación: Del Caos a la Conquista
Al regreso de ese viaje introspectivo, imagina que esa mañana abrumadora se transforma en fuerza. Comprendes que no estás solo, que tu dragón y tú son compañeros en esta travesía. Cuando te sientes presente y decidido, el dragón sigue tu ritmo, elevándose hacia nuevas posibilidades y hacia la aventura que está más allá del horizonte. Así, el vuelo no solo se vuelve físico, sino también simbólico: es la conquista de cada desafío.
Invitación a la Acción
Te animo a continuar este camino de autodescubrimiento. Si alguna de estas reflexiones resonó en ti, te invito a dar el siguiente paso. Ya sea agendando una sesión conmigo, descargando nuestro libro sobre dragones, o uniéndote a nuestra comunidad para compartir y aprender juntos, recuerda que el camino ya está trazado. Solo falta que lo camines.
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