La Conexión entre el Jinete y su Dragón
Imagina por un momento que eres un jinete montando un magnífico dragón. Este dragón representa ese vasto poder interno que todos llevamos dentro. No es tu enemigo, aunque a veces puedas sentir que lo es. Es esa parte de ti que responde instantáneamente, que reacciona antes incluso de que puedas decidir. Esa lealtad que tu dragón siente a menudo no está alineada con tu bienestar, y ahí es donde radica el desafío.
Cuando el Dragón Toma el Control
Cuando el dragón se siente amenazado, salta a la carga, a menudo cavando más profundo en emociones y percepciones distorsionadas. Piensa en una situación cotidiana, como un desacuerdo en el trabajo. Tu dragón se agita, respondés sin pensar, y antes de que te des cuenta, estás en medio de una tormenta emocional. ¿Cuántas veces has terminado una discusión sintiendo que no fue a dónde querías que fuera?
Tal vez has pasado la noche en vela, con pensamientos repitiéndose en tu mente: ‘¿Hice lo correcto? ¿Debería haber dicho algo diferente?’ Es en estos momentos, querido jinete, cuando necesitas recordar que no estás en guerra. La paz no significa ignorar a tu dragón, sino darle espacio para que se calme y puedas de nuevo tomar el control.
Aprendiendo a Dialogar con Nuestro Dragón
Como jinete, tu objetivo debe ser entender la naturaleza de tu dragón, su necesidad de protección y defensa. La clave está en aprender a responder, no a reaccionar. Lo que el dragón necesita no es ser dominado, sino comprendido. Imagina que puedes caminar junto a tu dragón, no en lucha, sino en equilibrio. Cuando ambos trabajan en armonía, la vida deja de ser una batalla y se convierte en una hermosa danza.
La Mente y su Reacción Automática
La ciencia detrás de esto es fascinante. Dentro de nuestra mente, existe una parte que llamamos cerebro reptil, que se activa ante el miedo y la percepción de amenaza. Este cerebro, que controla nuestras reacciones automáticas, es muy poderoso pero también puede distorsionar nuestra realidad. Enfrentarse con este dragón es esencial si queremos suavizar nuestras respuestas ante el estrés y las emociones caóticas.
Reconociendo el Dragón
Imagina que cada vez que sientes miedo o ansiedad, tu dragón está intentando hablarte desde un lugar de protección. Pero a menudo, debido a su fuerza bruta, no distingue entre una amenaza real y un simple desafío emocional. Al entender esto, puedes comenzar a observar tu diálogo interno y hacer un cambio significativo.
Herramientas para Guiar a tu Dragón
Para navegar en esta danza, necesitas herramientas. Una de ellas es la Rienda Verbal: una simple palabra puede cambiar tu percepción de una situación. En lugar de decir ‘tengo que’, comienza a decir ‘elijo’. Esta pequeña modificación hace que el dragón responda de una manera más positiva y constructiva.
Ejemplo de la Rienda Emocional
Reconocer que lo que sientes no es lo que eres es crucial. Cuando te sientas abrumado, intenta nombrar tus emociones como visitantes que llegan a tu puerta, no como identidades permanentes. Esto te permite mantener una distancia emocional y facilita una respuesta más calmada y centrada.
Un Ejercicio para Conectar con Tu Dragón
Ahora, te propongo un ejercicio que puede ser transformador. Toma un momento para escribir una carta dirigida a tu dragón. ¿Qué sientes hacia él? ¿Qué pensamientos o experiencias quieres compartir? Esto te ayudará a establecer un diálogo significativo y a reconocer las emociones que estás tratando de procesar.
Reflexiona y Practica
Al practicar esta conexión, comenzarás a ver cómo poco a poco el dragón deja de ser un enemigo y se convierte en tu aliado. La relación entre el jinete y el dragón es ahora uno de respeto y entendimiento mutuos. Todo lo que necesitas hacer es ofrecer el espacio de práctica necesario para que esta relación fluya.
Una Puerta a Nuevas Posibilidades
Recuerda la historia inicial de tu desacuerdo en el trabajo. Imagina que, al aplicar estas herramientas, la conversación se transforma en una oportunidad para el entendimiento y la colaboración, no en un campo de batalla. Lo que antes te provocaba ansiedad, ahora se convierte en una danza.
Tu Próximo Paso
Si algo de lo que has leído resuena contigo, te invito a que acciones estas reflexiones. Así que, busca unos minutos al día para practicar con tus riendas, establece tus contratos internos y recuerda que el espacio de práctica es fundamental. Puedes agendar una sesión conmigo, descargar el libro ‘Dragones’ o unirte a la comunidad. El camino ya está trazado. Lo que falta es que lo camines y empieces esta hermosa danza entre tu jinete y tu dragón.
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