Comprendiendo la lucha interna
Una de las experiencias más universales es aquella en la que nos encontramos atrapados entre nuestro instinto y nuestra racionalidad. Todos hemos sentido, en diversos momentos, como si tuviéramos un dragón interno en nosotros: una parte feroz que reacciona, que se defiende y que, a menudo, nos empuja a actuar de forma impulsiva. Pero, ¿qué es lo que realmente representa este dragón?
Como jinetes de nuestra propia mente, es crucial entender que la batalla no es solo entre nosotros y el dragón; es entre las creencias arraigadas en nuestra mente y la realidad que deseamos vivir. Así, el dragón no es un enemigo a vencer, sino un compañero de vuelo que necesita ser comprendido, guiado y, sobre todo, reconciliado.
La historia que todos conocemos
Pensemos en Claudia. Una mujer exitosa, con una carrera prometedora. Sin embargo, en los momentos cruciales, siente un pánico tremendo, como si el suelo se abriera bajo sus pies.
La noche anterior a una presentación importante, su mente comienza a atacar: “¿Y si no estás a la altura? ¿Y si te ridiculizan?”, murmura una voz interior que es su dragón, activando sus miedos más profundos. Claudia, sintiéndose atrapada, intenta ignorar esa voz, pero el dragón es inteligente; mantiene la presión. En su lucha, pierde la calma y, por ende, su oportunidad.
Debemos recordar que el dragón no es el problema. La verdadera cuestión es la falta de entendimiento y comunicación sobre quién es y qué quiere. Su historia, llena de miedos y traumas pasados, juega un papel crucial en esa sensación de peligro, donde cada reto futuro se convierte en una amenaza que hay que evitar.
La ciencia detrás de la lucha interna
Los científicos han encontrado que el cerebro reptil, esa parte de nuestro ser que actúa desde el instinto y el miedo, es intrínseco a nuestra existencia. Este dragón interno reacciona ante cualquier señal de amenaza, incluso cuando dicha amenaza es solo una sombra de nuestro pasado. Y aunque parece actuar en contra de nuestra razón, en realidad, su intención es protegernos.
Entender cómo funciona este dragón es clave. Cuando estamos en estado de supervivencia, nuestro cuerpo responde automáticamente. ¡Esto no significa que estemos rotos! Solo significa que hemos entrenado a nuestro dragón para reaccionar a lo que percibe como peligro. La tarea del jinete, en este caso, es traer calma, reflexión y comprensión.
Las riendas: herramientas de la transformación
Entonces, ¿cómo se puede empezar a colaborar con este dragón? Aquí es donde entran en juego las riendas. Estas son herramientas que nos ayudan a enfocar la atención y transformar esa reacción automática.
- Rienda Verbal: Cambia el “tengo que” por “elijo”. Esto redefine tu intención detrás de la acción.
- Rienda Visual: Identifica en qué imagen te enfocas al comenzar el día. Esta imagen puede guiar tu estado emocional.
- Rienda Emocional: En lugar de ser tus emociones, nómbralas como visitantes. Esto despersonaliza la experiencia y permite manejarla mejor.
- Rienda Comportamental: Recuerda que el hábito crea el camino; una pequeña acción diaria con intención tiene más peso que mil planes vacíos.
Un ejercicio práctico para la introspección
A veces, el primer paso para reconciliarse con el dragón es tomarse un tiempo para observar internamente. Te invito a hacer una lista de las frases que tu dragón tiende a repetir cuando enfrentas una situación difícil. ¿Qué te dice cuando fallas? Ahora, reescribe cada una de estas frases desde el amor que le ofrecerías a alguien que amas. Esta simple actividad puede abrir la puerta a una nueva forma de hablarte a ti mismo, creando un espacio seguro para el aprendizaje y crecimiento.
La posibilidad de volar
Cuando el dragón y el jinete comienzan a trabajar juntos, la relación se transforma. La lucha interna se convierte en una danza. Imagina que cada vez que el dragón se activa, en lugar de entrar en pánico, puedes usar herramientas para calmarlo. El vuelo se convierte en una expresión de confianza y colaboración mutua, donde tanto el dragón como el jinete están alineados en el mismo viaje.
Estamos aquí para aprender y crecer. Cada conversación interna puede ser una oportunidad para entender más sobre nosotros mismos, y cada interacción con nuestro dragón nos lleva más cerca de ser esa versión íntegra de nosotros que deseamos alcanzar.
Tu llamado a la acción
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