En un mundo donde las decisiones y la percepción del entorno son fundamentales, surge una pregunta perturbadora: ¿qué es realmente la consciencia y cómo influye en nuestro liderazgo? La consciencia, como un fenómeno complejo que abarca la experiencia humana, se asemeja a una serie de interpretaciones que nuestro cerebro genera de la realidad que nos rodea. Imagina que cada volta que tomas una decisión, estás navegando por un mar de ‘alucinaciones controladas’ donde tus experiencias son más que simples reacciones a estímulos externos. Esta perspectiva, ofrecida por el neurocientífico Anil Seth, nos invita a reflexionar sobre el papel crucial que nuestra comprensión interna de lo que significa ser ‘yo’ tiene en el ámbito de liderazgo.
Para los líderes de hoy, entender la naturaleza de la consciencia no es sólo un ejercicio intelectual; es relevante para la forma en que gestionan sus equipos e impulsan a sus organizaciones. La capacidad de alinearse con las diversas percepciones de los demás y reconocer que cada individuo está filtrando la realidad a través de su propia compleja red de experiencias sensoriales puede ser la diferenciación en la manera en que se dirige o se motiva.
Anil Seth destaca que para un ser consciente, ‘hay algo que significa ser ese organismo’. Este razonamiento sugiere que la consciencia está profundamente conectada con la experiencia subjetiva. Como líderes, debemos ver a nuestros equipos como individuos con experiencias y perspectivas únicas, lo que nos desafía a adoptar un enfoque auténtico y empático en nuestras interacciones.
El marco propuesto por Seth que categoriza la consciencia en varios niveles—desde el simple estado de ser consciente hasta la auto-consciencia—nos ofrece una hoja de ruta. Cada nivel presenta preguntas y reflexiones importantes que pueden influir en nuestra forma de liderar. ¿Cómo podemos ser más conscientes de nuestra influencia en los demás? ¿Estamos prestando atención a nuestras propias percepciones y a cómo estas pueden estar sesgando nuestras interacciones y decisiones? Al cultivar la auto-consciencia, podremos desarrollar una mayor claridad acerca de nuestras motivaciones y acciones.
Los ‘problemas fáciles’ y el ‘problema difícil’ de la consciencia, como los distingue Seth, también tienen sus paralelismos en el liderazgo. En el contexto del liderazgo, entender cómo procesamos información (el problema fácil) es esencial, pero abordar la raíz emocional y subjetiva de por qué tomamos decisiones (el problema difícil) puede resultar aún más significativo. Este enfoque nos permite no solo dirigir con eficacia, sino también inspirar genuinamente a nuestros seguidores.
Seth argumenta que nuestra experiencia del mundo es el resultado de un proceso activo de predicción, donde nuestro cerebro utiliza expectativas basadas en conocimientos previos y las ajusta en función de nueva información sensorial. Esta idea de ‘codificación predictiva’ puede ser una metáfora poderosa para los líderes: al prever las necesidades y expectativas de nuestro equipo, y al mismo tiempo estar abiertos a las sorpresas que una nueva situación puede presentar, podemos crear un entorno de trabajo más adaptable e inclusivo.
Ejemplos como la famosa percepción de ‘el vestido’ o el fenómeno de la ceguera inatencional ilustran cómo la experiencia puede variar drásticamente entre individuos, incluso bajo las mismas condiciones. Estos ejemplos subrayan la importancia de reconocer que cada miembro del equipo puede tener una interpretación distintiva de la realidad. Este reconocimiento es clave para fomentar un ambiente de colaboración donde las diferencias sean valoradas y no vistas como obstáculos.
Al profundizar en la naturaleza del ‘yo’, Seth también sugiere que el yo es en sí mismo una forma de alucinación controlada. Aquí, la enseñanza para líderes es clara: debemos entender que las identidades no son fijas, sino fluidas y siempre en evolución. Como lideres, facilitar espacios donde los individuos puedan explorar su sentido de identidad, compartir sus narrativas y formular su camino puede inspirar una mayor cohesión dentro del equipo.
Un esfuerzo continuo para investigar y comprender las percepciones diferentes, a través de proyectos como el ‘Censo de Percepción’, pone de relieve la diversidad humana y la importancia de incluir múltiples voces y perspectivas en nuestros procesos de toma de decisiones. Este compromiso no solo enriquecerá nuestra comprensión, sino que también impulsará la innovación, haciendo que nuestros equipos sean más resilientes y creativos.
La consciencia no se limita únicamente a los humanos. Al incluir discusiones sobre la consciencia en los animales y abordar la complejidad de cómo evaluar la consciencia a través de distintas especies, se nos recuerda que cada ser tiene su propia perspectiva y su propio valor. Los líderes deberían adoptar una filosofía cautelosa al asumir que otros organismos pueden experimentar consciencia y actuar con compasión y respeto hacia todas las formas de vida, lo que nuevamente resuena en el ámbito del liderazgo que debe extenderse más allá de lo puramente humano.
Así, la investigación acerca de la consciencia se presenta como una intersección crítica de la neurociencia y la filosofía, ofreciendo capacidades para nuevas formas de liderar desde un lugar de autenticidad. Al comprender nuestra consciencia, tanto a nivel personal como en nuestras interacciones profesionales, también podemos empezar a transformar lo que significa ser un líder en nuestro mundo contemporáneo.
A continuación, hay tres pasos prácticos que te invito a implementar como líder para profundizar en este aspecto:
- Cultiva la auto-consciencia: Dedica tiempo a reflexionar sobre tus propios valores, emociones y experiencias. Esto te permitirá tomar decisiones más informadas y conectar mejor con tu equipo.
- Fomenta un entorno inclusivo: Anima a tus colaboradores a compartir sus percepciones y experiencias. Esto no sólo enriquece las discusiones sino que también aporta diversas perspectivas que pueden ser fundamentales para la innovación.
- Practica la empatía activa: Escucha de manera genuina a tus equipos. Conoce sus historias, desafíos y aspiraciones. Una práctica empática construye confianza y un sentido de pertenencia, elementos clave para el éxito organizacional.
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