¿Te has preguntado alguna vez cómo puede la evolución de la Terapia Cognitivo-Conductual influir en tu estilo de liderazgo? En un mundo que cambia rápidamente, entender y adaptarse a las nuevas olas de pensamiento puede ser la clave para un liderazgo transformador. La reciente evolución de la CBT ha dado lugar a un enfoque más inclusivo y enriquecido que resuena no solo en la terapia, sino también en cómo dirigimos y motivamos a nuestros equipos.
La transición hacia una ‘tercera ola’ de la CBT, según Steven C. Hayes y Stefan G. Hofmann, no solo es un avance en la psicología, sino que refleja un cambio fundamental en la forma en que se aborda el crecimiento humano. Hoy, más que nunca, los líderes deben reconocer la importancia de conectar con su equipo a nivel emocional y contextual. ¿Cómo lo hacemos? No se trata solo de ajustar comportamientos o modificar pensamientos disfuncionales, sino de cultivar una relación profunda y flexible con nuestras emociones y valores. Esto es particularmente valioso en un entorno laboral donde el bienestar y la productividad están intrínsecamente relacionados.
La tercera ola de la CBT ha integrado conceptos como la atención plena y la aceptación, ofreciendo un marco que promueve no solo la eficiencia sino el bienestar general. Este cambio de paradigma enfatiza que, para los líderes, el objetivo no es solo la ausencia de problemas, sino el florecimiento humano. Como bien mencionan los autores, ‘la evolución de la CBT hacia un modelo de atención basado en procesos no solo mejora las prácticas terapéuticas, sino que también vuelve a centrar la atención en el florecimiento humano’.
Las implicaciones de este enfoque son inmensas. Un líder que adopta estas ideas puede construir un ambiente en el que los empleados no solo se sientan productivos, sino también valorados y comprendidos. Por lo tanto, es crucial que adoptemos un enfoque que priorice el desarrollo y la diversidad en nuestras prácticas laborales. Al hacerlo, garantizamos que todos en el equipo se sientan parte del proceso, promoviendo así un sentido de pertenencia y compromiso que es fundamental en cualquier organización de éxito.
Para poner en práctica estos principios, aquí hay tres pasos claros que los líderes pueden implementar en su estilo de gestión:
- Fomenta la atención plena: Incorpora prácticas de mindfulness en el equipo. Puedes iniciar reuniones con ejercicios breves que ayuden a centrar la atención y reducir el estrés.
- Promueve la aceptación: Anima a los miembros del equipo a aceptar sus emociones y valorar la diversidad de opiniones. Esto puede ser a través de sesiones de retroalimentación abierta y honesta.
- Evalúa el florecimiento humano: Cambia el enfoque de solo evaluar resultados a uno que incluya el bienestar general de cada miembro del equipo. Pregunta regularmente a tus colaboradores cómo se sienten y escucha sus respuestas.
Estas acciones, aunque simples, pueden crear un impacto profundo en la cultura de tu organización, resonando más allá del trabajo y afectando a cada individuo de manera positiva.
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