¿Alguna vez te has encontrado tomando decisiones precipitadamente, solo para darte cuenta de que la información que utilizaste era incompleta? Este fenómeno, conocido como WYSIATI (What You See Is All There Is), plantea una pregunta crucial para nosotros como líderes: ¿qué tanto estamos limitando nuestras perspectivas?
La capacidad de tomar decisiones acertadas es uno de los pilares del liderazgo efectivo en el mundo actual. Sin embargo, el sesgo WYSIATI a menudo se interpone en nuestro camino, llevándonos a conformarnos con la información limitada que tenemos a la mano. Como bien menciona Francisco Sáez en su artículo, nuestra mente tiende a hacer juicios basados en lo visible, ignorando la vasta e incierta información que queda fuera de nuestro radar.
Un excelente ejemplo de esto es el impacto de nuestras primeras impresiones. Formamos juicios sobre otros utilizando solo signos externos, como la expresión facial o el tono de voz, olvidando que estas respuestas pueden estar influenciadas por múltiples factores que no conocemos. Este sesgo cognitivo no solo afecta nuestras interacciones personales, sino que también puede transformar decisiones cruciales en el ámbito laboral.
En el camino hacia una toma de decisiones más consciente, es fundamental reconocer cómo nuestra mente opera. Cuando nos dejamos llevar por un pensamiento rápido, impulsado por el Sistema 1 de Kahneman, corremos el riesgo de perder de vista el panorama general y tomar decisiones que podrían perjudicar no solo a nosotros, sino también a nuestros equipos y organizaciones.
En palabras de Sáez, “El impulso de ofrecer una respuesta rápida puede parecer energético y afirmativo, pero a menudo es un camino hacia la autocomplacencia”, una advertencia pertinente para quienes ejercen el liderazgo. Este patrón puede generar confianza en conclusiones incorrectas y, como consecuencia, transformar la dirección de un proyecto o estrategia empresarial.
La metodología Getting Things Done (GTD) emerge aquí como un recurso valioso. Esta estrategia sugiere separar las tareas en etapas de ‘captura’ y ‘aclarar’, un enfoque que nos permite dar tiempo a la información antes de procesarla. Pausar, reflexionar y permitir que las nuevas opiniones se asienten puede ser el primer paso para evitar conclusiones apresuradas y mejorar nuestras decisiones.
Impulsar un cambio desde el liderazgo no se limita solo a reconocer estos sesgos, sino también a fomentar un entorno donde los equipos se sientan cómodos cuestionando la información que tienen. Como líderes, podemos instar a nuestros colaboradores a hacer preguntas, a explorar más allá de la información superficial y a fomentar una cultura de curiosidad.
Para implementar estos aprendizajes en tu estilo de liderazgo, aquí hay tres pasos prácticos que puedes seguir:
- Fomenta la pausa: Antes de tomar una decisión, toma un momento para reflexionar sobre la información presentada y si hay algún dato que podría estar faltando.
- Involucra a tu equipo: Promueve un diálogo abierto donde se puedan explorar diferentes perspectivas y se cuestione la información inicial.
- Aplica GTD: Siempre que enfrentes nuevas tareas o desafíos, utiliza el método de captura y aclaración para dar tiempo a procesar eficazmente la información.
A medida que cultivamos un enfoque más analítico y consciente, nos moveremos hacia decisiones que, aunque quizás tomen más tiempo, traerán consigo resultados más sólidos y sostenibles. La transformación en nuestra manera de pensar y actuar puede no solo impactar nuestra carrera, sino también inspirar a otros a ver más allá de lo superficial, generando un efecto positivo en el liderazgo que ejerzamos.
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