A menudo, las diferencias en la manera en que las personas leen pueden revelar mucho más que simplemente cómo procesan la información. ¿Qué sucede cuando esa diferencia no solo afecta a la lectura, sino a la forma en que lideramos y nos comunicamos? Este es un tema de creciente importancia para los líderes de hoy, especialmente a medida que exploramos las intersecciones entre la cognición y el liderazgo.
La experiencia de Gary Chevin, un hombre que vive con dislexia severa, nos invita a reflexionar sobre uno de estos aspectos críticos: la voz interna. Gary, al observar a su esposa leer silenciosamente, se dio cuenta de que jamás había experimentado una voz en su cabeza mientras leía. Este momento revelador parece simple, pero resuena profundamente en el ámbito del liderazgo. Entender las diferentes formas en que los individuos procesan la información, ya sea a través de una voz interna o no, puede ser clave para construir un equipo inclusivo y efectivo.
En el contexto de la dislexia, el profesor Rod Nicolson ha destacado cómo la ausencia de esta voz interna podría estar vinculada a las habilidades de lectura deficientes. A medida que los niños aprenden a leer, desarrollan esta voz interna, lo que implica que aquellos que luchan por adquirir esta habilidad pueden enfrentar retos no solo académicos, sino también en su vida profesional. Para líderes que quieren fomentar un ambiente de trabajo comprensivo, esto subraya la necesidad de reconocer y abordar las diversas experiencias cognitivas de su equipo.
Reflexionando sobre su propia trayectoria educativa, Gary expresa una profunda tristeza por las dificultades que encontró debido a su dislexia: “me siento esperanzado mientras trabajo para desarrollar mi voz interna”. Esto resalta cómo incluso las luchas personales pueden ser oportunidades para el crecimiento y la mejora continua. En el liderazgo, cada desafío puede ser un trampolín hacia una mayor comprensión y innovación.
Las implicaciones son vastas: reconocer y adaptarse a las diferencias en la cognición puede aumentar la productividad y la efectividad dentro de un equipo. Un líder que comprende que algunos de sus miembros pueden experimentar la lectura y la comunicación de manera diferente puede crear un entorno en el que todos se sientan valorados y comprendidos. Esto no solo mejora las relaciones interpersonales, sino que también impulsa la creatividad y la resolución de problemas.
Para implementar estos aprendizajes, aquí hay tres pasos prácticos para los líderes:
- Fomentar la Inclusividad: Crea espacios donde todas las formas de comunicación y expresión sean aceptadas. Fomenta un ambiente donde cada miembro se sienta cómodo compartiendo sus experiencias y desafíos.
- Promover el Aprendizaje Personalizado: Invierte en herramientas que aclaren y mejoren las experiencias de aprendizaje de tus colaboradores, reconociendo que no todos procesan la información de la misma manera.
- Impulsar la Comunicación Abierta: Establece canales claros para la retroalimentación y la comunicación. Esto ayuda a que todos se sientan escuchados y respetados, lo cual es fundamental para un liderazgo efectivo.
Al final, la capacidad de los líderes para adaptarse a las diversas experiencias cognitiva puede ser el factor decisivo que determine no solo el éxito de sus equipos, sino también el desarrollo emocional y profesional de cada individuo dentro de ellos. La verdadera esencia de liderar reside en comprender y valorizar las diferencias que nos hacen únicos.
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